Domingo. Tomo mate. Abro la mailera y encuentro un mensaje con las buenas nuevas del amigo Juan Crek, músico-compositor y descompositor experimental español. Artista médium. Máquina poético-filosofal generadora de atmósferas.
Con Juan hemos combinado música y poesía alguna vez a través de la red: http://www.myspace.com/juancrek/music
Y como no podía faltar en El Mostrador... aquí están sus últimas y geniales creaciones: "Yo soy yo" y "Corroncho". ¡Que las disfruten!
El miedo es una enfermedad de ciudad. La ciudad es una forma de violencia que constriñe la mente y el cuerpo. Nuestro modo de vivir es librando una constante batalla para ser a pesar de la exagerada inmediatez de todo y todos, a pesar de tanta vana interferencia.
Cerca de las palmeras no encuentro poesía, ni en el río. Ni en los pinos. No hay batalla allí donde el ser no está sujeto a nada.
Al personaje principal de esta serie japonesa, le gusta bucear en el mar durante la noche. Un colega le pregunta qué se siente al respecto, y ella responde: "Miedo, frío y soledad. A veces, esperanza también, en el momento en que se sube a la superficie". Mientras su cuerpo asciende, ella siente que se convierte en otra persona y al final, ve su propia imagen reflejada en la parte interna de la superficie del agua. "Lo que primero vemos como un reflejo difuso en el espejo, luego lo veremos cara a cara", resuena una voz. Imagino que la frase habla del tiempo que toman las intuiciones en volverse certezas. De aprender a transitar sin ansiedad ese tiempo necesario. Es análogo a la creación artística. La obra artística que ilumina, embellece y comunica algo, en un primer momento fue apenas intuición, confusión y caos.